Tres 60 - Roque Baños
La música de cine permite crear sensaciones en el espectador orientando la percepción que tiene de las imágenes que ve en la pantalla. Este aspecto es especialmente importante en thrillers y películas de suspense, en las que las imágenes no siempre ofrecen toda la información de forma directa y son pequeños detalles los que terminan por dar sentido a las escenas.
En “Tres 60” Roque Baños ha escrito una partitura que responde precisamente a estas ideas y que resulta extremadamente sugerente cuando se escucha en disco. La ausencia de las imágenes no impide que la banda sonora nos proporcione momentos de angustia, miedo o tensión. Lo hace a partir de texturas sonoras que parten de una línea melódica de pocas notas, que se repiten de forma obsesiva y que evolucionan en función de la escena y de la intención que se pretende generar.
El tema principal, que encontramos en los títulos de crédito, posee fundamentalmente un carácter melódico. Con el piano como protagonista y la cuerda respaldándolo, estamos ante una música de gran belleza, que resulta fácil de escuchar. Se trata además de un bloque ligeramente melancólico, que anticipa el difícil trayecto por el que han de transitar los protagonistas.
Volveremos a encontrar estas formas musicales en temas como el asignado a Daniela, breve y conciso pero efectivo, en la medida en que nos transmite una sensación dulce y placentera. Sirven como anticipo a otros cortes más crípticos, que no llegan a exponer una melodía, puesto que aunque parecen iniciarla no la acaban de completar, creando un círculo de notas que resulta perturbador cuando se escucha.
La partitura de “Tres 60” transita también por terrenos más complejos. El compositor recurre a combinaciones de sonidos agudos y agresivos, que crean una atmósfera opresiva. Consigue con ello transmitir sensaciones de terror y casi la necesidad de escapar y huir, contribuyendo a provocar sobre el espectador altos niveles de angustia.
En otras ocasiones utiliza una base de registros graves, sobre la que se van exponiendo esas líneas de notas que giran sobre sí mismas. Con más intensidad en unos casos y con menos en otros, se consigue mantener un clima de tensión, que se resuelve con acierto por medio de bloques más tranquilos y pausados, que son los que finalmente quedan como sensación final al completar la escucha de esta magnifica composición de Roque Baños.
La sutileza de las orquestaciones y el dominio en la combinación de las distintas secciones de la orquesta, nos muestra a un compositor que hace que parezca fácil lo difícil. Y lo consigue haciendo además que la música se ajuste milimétricamente a las imágenes, no dejando respiro al espectador.
Juan Ángel Saiz
